Cabe recordar que cada una de las personas que nos encontramos en este mundo somos únicas e irrepetibles. Sin duda y, aunque a veces parece que lo olvidamos, debemos ser firmes a esta sencilla y, a su vez, típica frase.
Piensa que la vida de nadie vale más que la tuya. Piensa que tú, únicamente tú, eres dueño de tus acciones, y son estás las que te definen como persona.
Seamos firmes al creer que: nadie puede ni debe decirte qué hacer, cómo comportarte, cómo actuar.
Sé tú mismo, de lo contrario sólo tu serás el perjudicado.
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