miércoles, 28 de noviembre de 2012

You know you make me wanna.

De pronto ocurre algo que te trastoca por completo. Se trata de una sensación casi imposible de explicar con palabras. Únicamente sientes que el clavo al que te aferrabas, ese clavo ardiente que ya ni si quiera está caliente, quizás ya no tenga sentido. ¿Por qué seguir empeñado en algo que ni si quiera te transmite un mínimo de calor? Y lo más importante, ¿porqué de pronto plantearse soltarlo? Tras varios meses aferrado a un clavo helado algo te deja paralizado y provoca una sentimiento agradable e inquietante. Incertidumbre. Duda. Soltarse o quedarse. Enfriarse o calentarse. He ahí la cuestión.




Alba

martes, 23 de octubre de 2012

Situaciones inesperadas

Todos alguna vez hemos tenido la sensación de que el mundo, sin previo aviso, se ha puesto en nuestra contra. Situaciones inesperadas en las que de pronto te ves inmersa. Quizás algunas de ellas, en cierto modo, pueden sorprenderte un poco menos pero existen otras que te desconciertan, te desestabilizan de una manera incalculable. Así ha ocurrido y así nos hemos sentido. 
Sin embargo, cuando uno tiene la conciencia tranquila, cuando sabe lo que ha hecho y dicho en cada momento, en cada lugar debe dejar de darle vueltas y sólo pensar que hay veces que no todo puede ser controlado. Que existen ocasiones en esta vida donde las personas nos vemos inmersas en este tipo de situaciones sin una explicación lógica y, que por mucho que lo intentemos, no hay nada que hacer. Aquí aparece el sentimiento de impotencia, cuando has dicho y hecho todo y, aún así, no ha servido de nada. 
Pues bien, es entonces cuando debes dejarlo ir, cuando debes pensar en ti, saber que ya más no puedes hacer y que de ti ya no depende lo que pueda ocurrir. 

A su vez, en estas situaciones siempre hay algo que te recuerda que... todo ocurre por alguna razón. 


Alba



domingo, 29 de julio de 2012

Un nudo en el estómago se apodera de mi.



Mil consejos de distintas personas de mi alrededor, personas a las que les preocupa y les importan todas y cada una de las situaciones que vivo día tras día.
A todos simplemente decir gracias. Por todas las palabras que tanto alivio me dan en momentos como este...

Solo existe la posibilidad del sí o del no, no hay más cartas en la baraja, ni una posibilidad más.

Alba.

P.D: Anyway, be yourself ;)


jueves, 5 de julio de 2012

Promesas.

Situaciones que no esperas, momentos en los que no sabes muy bien qué hacer o qué decir. Existen dos tipos de éstos, algunos buenos, aquellos que te dejan sin aliento y con cara de tonta y otros, por desgracia malos. En los segundos, el no saber qué hacer o qué decir, a veces, es incluso hasta bueno.

Soy de las que adora sentirse y verse inmersa en estos primeros momentos de los que os hablo, esos en los que no sé que decir, durante los que incluso me sonrojo y los que, siempre, van acompañados de una cara de tonta =) Son esos momentos que, con el paso del tiempo, recuerdas y no puedes evitar, al mismo tiempo que pasan por tu cabeza, sonreír.

Sin embargo, también los hay que te dejan sin aliento, sin palabras, y no precisamente por algo bueno. Son esas situaciones que, siempre, intentamos olvidar y, en especial, no repetir.

Prometí que nunca más me pasaría. 

Alba


lunes, 18 de junio de 2012

La vida te da sorpresas*

Tras unos meses sin nada que escribir, hoy algo vuelve a incitarme que lo haga... 

Es sorprendente cuando la vida que crees tener, en cierto modo, controlada y planificada de pronto da un giro de 180º. En ese momento, cuando consigues ver qué ocurre empiezas a pensar en todo aquello que habías planeado, en todas esas cosas que aparentemente estaban controladas. Es entonces cuando te das cuenta de que ahora ya no tienen sentido. 
Me estoy refiriendo a cambios, movimientos, giros que suceden en la vida sin previo aviso, muchos de los cuales tienen consecuencias negativas pero también muchos de ellos las tienen positivas. 

Es increíble cómo pueden cambiar las cosas, cómo las personas "miramos más lejos, miramos donde nunca habíamos mirado" y nos sorprendemos a nosotros mismos. 

He podido darme cuenta del tiempo que hacía que no me sentía así. Sin saber muy bien qué hacer, sin saber cómo actuar o qué camino escoger... y, sin embargo, me gusta. He decidido volar, he decido dejarme llevar por aquello que realmente me haga sentir bien, feliz. Quizás me equivoque, puede que con el tiempo rectifique. Pero os aseguro una cosa... dudo que me arrepienta de lo que haga durante este tiempo... 

...Déjate llevar por esta dulce y cálida sensación...


P.D: La frase en cursiva... hace referencia justo a lo que intento explicar y, además, me encanta. Estopa, me quedaré. 

Alba

martes, 28 de febrero de 2012

Miedo

Todos y cada uno de nosotros conocemos esta sensación. En alguna ocasión hemos sentido esa angustia  que le acompaña, ese temblor evidente o, quizás, no tan evidente que vive nuestro cuerpo durante un tiempo determinado. A veces es cuestión de minutos que el miedo desaparezca.
Sin embargo, existe otro tipo de miedo que perdura durante más tiempo, de hecho, muchas veces no se sabe cuando cesará. En esta situación, el miedo es referido a la angustia  de que suceda lo contrario de lo que se espera o desea. 
Ambas son sensaciones desagradables y durante las cuales deseamos que el tiempo vuele... Pero, considero que no hay peor miedo que el que te impide decir todo lo que piensas por el qué dirán, por el qué pasará, o por el cómo reaccionarán. 
Siempre me he considerado sincera, valiente y atrevida. Sin embargo, la vida me demuestra que, en ocasiones, soy más miedica de lo que pensaba y que temo por pensar demasiado en las posibles reacciones de las personas de mi alrededor. Aún así, soy de las que no puede callar y de las que, antes o después, acabará diciendo todo lo que piensa y todo lo que siente... pase lo que pase, digan lo que digan. 

Sólo queda decir que por mucho miedo que tenga sé que... siempre me entenderán aquellos que sepan interpretar las miradas... Al fin y al cabo, quien no comprende una mirada, tampoco comprende una explicación. 

viernes, 3 de febrero de 2012

Siempre he creído en los cuentos de hadas


La vida me ha demostrado que aunque no todo sea de color de rosa, puedes lograr aquello que deseas. Las vivencias que he tenido a lo largo de estos casi 22 años me han hecho crecer como persona, y día a día, me han hecho creer que mi cuento de hadas puede hacerse realidad. 

Sin embargo, siempre hay momentos de debilidad, de dudas, de incertidumbre durante los cuales dejas de creer, dejas de confiar en tus propios sueños. Piensas que, al fin y al cabo, los cuentos sólo son cuentos y que las hadas no existen por mucho que en ello te empeñes. 

Afortunadamente, durante estos instantes de pérdida y dudas siempre he tenido personas que me han ayudado y han conseguido que Alba volviera a ser quien era. Esa chica de pelo rizado, habladora y un poco alocada que tanto empeño pone en conseguir hacer realidad su propio cuento de hadas. 

Consiguen que vuelva a creer, que vuelva a confiar, que vuelva a ser yo misma. Una niña soñadora y, a la vez, realista que lucha, día a día, por conseguir aquello que busca en esta vida. Para ello, siempre utilizan frases, palabras o, miradas con las que me devuelven la ilusión. 

Hace algún tiempo alguien me dijo...

¿Sabes cuándo se sabe que la persona que está a tu lado es el hombre de tu vida? Cuando te hace sentir como una princesa, te admira, te adora, te hace reír, te sientes orgullosa de su comportamiento y su actitud, ves como se desvive por ti, es humilde, nunca te miente, comparte su vida, se entrega enteramente a ti, te da paz, tranquilidad, estabilidad, pero también locura y pasión. Tenéis unos principios claros y sólidos, un futuro y unos sueños comunes... ¿Parece mucho verdad? Pues así tiene que ser Alba y, existe. 

¿Sabéis qué? Tiene toda la razón y aunque parezca mucho así será. 

Siempre quise ser princesa.




jueves, 26 de enero de 2012

Todos saben, todos hablan

Resulta curioso observar a las personas de nuestro alrededor. De pronto, todo el mundo habla, todo el mundo opina, todo el mundo sabe de todo y, lógicamente, todo el mundo se queja. ¡Qué cosas tiene la vida! Cuánta hipocresía y cuánto disfraz he observado en, en penas, unas horas.

Sanidad, educación… ¿recortes?, Corrupción, robos… Qué injusticia, ¿verdad?  Todos hablan, todos comentan… pero realmente, ¿Cuántos de vosotros estabais el sábado en la manifestación en contra de los recortes de educación? ¿Cuántos de vosotros estaréis en la manifestación de esta tarde para luchar por nuestros derechos? ¿Cuántos de vosotros dejaréis vuestros “quehaceres” durante unas horas para luchar por aquellas cosas de las que tanto habláis y de las que tanto os quejáis?

Si de verdad todas las personas de las que he leído comentarios, escritos, estados, blogs, entre muchos otros, hiciesen lo que dicen, os aseguro, que no habríamos llegado a este punto. Supongo que hemos tenido que llegar aquí para que, en general, las personas reaccionen.

Sin embargo, nunca es tarde, ¿no? Ojalá todas estas personas, realmente, piensen y sientan lo que dicen y, por un momento, se preocupen por el mundo en el que nos encontramos y hagan algo por cambiarlo.

Al fin y al cabo las palabras se las lleva el viento y yo, personalmente, soy de las que prefiere decir un poco menos y hacer un poco más. 

jueves, 5 de enero de 2012

Soy de las que…

Soy de las que sueña despierta. De las que empieza a hablar y tiene la sensación de no poder parar. De las que cuando suena una canción no puede dejar de cantar. De las que puede bailar hasta el amanecer. Soy de las que llora con una bonita historia, ya sea real o inventada. De las que llora con una película, un libro o una canción. De las que adora pasar las horas tumbada disfrutando del sol de invierno. De las que le gusta la playa pero también la montaña. Soy de las que puede pasar horas y horas contemplando las estrellas. Soy de las que se enfada rápido y perdona mucho antes de haberse enfadado. De las que prefiere diez minutos en persona que veinte por teléfono… Soy de las que disfruta riendo sin más. De las que adora sentirse cursi y una loca enamorada. De las que cierra los ojos al sentir. Soy de las que se alegra con cada abrazo, cada caricia o cada beso que recorre su cuerpo. Soy de las que ama las miradas de complicidad…