martes, 28 de febrero de 2012

Miedo

Todos y cada uno de nosotros conocemos esta sensación. En alguna ocasión hemos sentido esa angustia  que le acompaña, ese temblor evidente o, quizás, no tan evidente que vive nuestro cuerpo durante un tiempo determinado. A veces es cuestión de minutos que el miedo desaparezca.
Sin embargo, existe otro tipo de miedo que perdura durante más tiempo, de hecho, muchas veces no se sabe cuando cesará. En esta situación, el miedo es referido a la angustia  de que suceda lo contrario de lo que se espera o desea. 
Ambas son sensaciones desagradables y durante las cuales deseamos que el tiempo vuele... Pero, considero que no hay peor miedo que el que te impide decir todo lo que piensas por el qué dirán, por el qué pasará, o por el cómo reaccionarán. 
Siempre me he considerado sincera, valiente y atrevida. Sin embargo, la vida me demuestra que, en ocasiones, soy más miedica de lo que pensaba y que temo por pensar demasiado en las posibles reacciones de las personas de mi alrededor. Aún así, soy de las que no puede callar y de las que, antes o después, acabará diciendo todo lo que piensa y todo lo que siente... pase lo que pase, digan lo que digan. 

Sólo queda decir que por mucho miedo que tenga sé que... siempre me entenderán aquellos que sepan interpretar las miradas... Al fin y al cabo, quien no comprende una mirada, tampoco comprende una explicación. 

viernes, 3 de febrero de 2012

Siempre he creído en los cuentos de hadas


La vida me ha demostrado que aunque no todo sea de color de rosa, puedes lograr aquello que deseas. Las vivencias que he tenido a lo largo de estos casi 22 años me han hecho crecer como persona, y día a día, me han hecho creer que mi cuento de hadas puede hacerse realidad. 

Sin embargo, siempre hay momentos de debilidad, de dudas, de incertidumbre durante los cuales dejas de creer, dejas de confiar en tus propios sueños. Piensas que, al fin y al cabo, los cuentos sólo son cuentos y que las hadas no existen por mucho que en ello te empeñes. 

Afortunadamente, durante estos instantes de pérdida y dudas siempre he tenido personas que me han ayudado y han conseguido que Alba volviera a ser quien era. Esa chica de pelo rizado, habladora y un poco alocada que tanto empeño pone en conseguir hacer realidad su propio cuento de hadas. 

Consiguen que vuelva a creer, que vuelva a confiar, que vuelva a ser yo misma. Una niña soñadora y, a la vez, realista que lucha, día a día, por conseguir aquello que busca en esta vida. Para ello, siempre utilizan frases, palabras o, miradas con las que me devuelven la ilusión. 

Hace algún tiempo alguien me dijo...

¿Sabes cuándo se sabe que la persona que está a tu lado es el hombre de tu vida? Cuando te hace sentir como una princesa, te admira, te adora, te hace reír, te sientes orgullosa de su comportamiento y su actitud, ves como se desvive por ti, es humilde, nunca te miente, comparte su vida, se entrega enteramente a ti, te da paz, tranquilidad, estabilidad, pero también locura y pasión. Tenéis unos principios claros y sólidos, un futuro y unos sueños comunes... ¿Parece mucho verdad? Pues así tiene que ser Alba y, existe. 

¿Sabéis qué? Tiene toda la razón y aunque parezca mucho así será. 

Siempre quise ser princesa.