jueves, 5 de mayo de 2011

El primer secreto del éxito

Quien oculta, algo esconde;
Si no tengo nada que ocultar,no tengo problemas para transparentar, lo puedo hacer en el momento en que me lo pidan; si se ha actuado con integridad, que revisen lo que quieran, que cuestionen las veces que sea, no habrá de que preocuparse; pero si ocurre lo contrario y busco por todos los medios de mi alcance, evitar proporcionar información que debería de ser pública y que además solicita una persona que está en su pleno derecho, la sola negativa me provoca ya desconfianza y una serie de cuestionamientos que sin duda van mermando más la credibilidad de las personas.

¿Porqué duele tanto el tema de la transparencia?; ¿No tendrían que ser las propias personas a las que nos referimos, las primeras interesadas en abrir las puertas?; ¿De qué sirve escuchar, en los discursos, aparentes verdades, cuando en la práctica la realidad demuestra que solo son verdades a medias?

Se oculta, por; ¿falta de capacidad?; ¿a qué le temen?; Si fluyera la información, no habría... las cosas serían distintas, sin más.
Ser transparentes es una oportunidad de demostrar la calidad moral que se tiene; ser transparentes te permite poder callar con argumentos las voces que acusan; ser transparentes es ser congruente con lo que se dice; ser transparentes genera y mantiene la confianza.

Y la confianza, cabe recordar, es el primer secreto del éxito.

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